El profesor de Periodismo

Asignatura que imparte:

Debe tener capacidad crítica, interesarse por todo lo que le rodea, tener ilusión por vivir y por contarle a la gente sus vivencias y las de los demás; debe gustarle leer de todo, darle importancia a todo y poseer habilidad para asimilar las ideas y los conceptos y para redactar. Y, por supuesto, dominar informática y algún idioma.

El alumnado debería incrementar por su cuenta los conocimientos que se ofrecen en clase y, ahora, mucho más, porque llegan los nuevos planes de estudios unificados con Europa y los créditos son, en su mayoría, no presenciales. Yo exijo un nivel de dedicación alto, porque, para entender mi asignatura, hay que tener en cuenta la perspectiva histórica y el contexto del mundo mediático. Exijo libros de lectura obligatoria y reportajes, documentales y películas con los que pueden ampliar los contenidos de la materia.

Periodista se es siempre. El estudiante de periodismo debe saber que un periodista siempre observa lo que está pasando. Quien tiene de verdad vocación y vive de lo que le gusta suele unir trabajo y hobby en un solo concepto. Pero, claro, cuando se trabaja se observa de otra manera y, cuando no, se puede estar más relajado. Yo, por ejemplo, siempre me he considerado profesor y periodista, dentro y fuera de la universidad. Me lo paso bien así.

Deben hacer algún curso o máster de periodismo especializado, ampliar los conocimientos en idiomas e informática y no olvidar que hay que ejercer la profesión -la comunicación, en este caso-, incluso antes de terminar los estudios.

Generalmente considerada, deja bastante que desear. Los contratos son precarios, el trabajo es muy pasajero, los medios de comunicación no suelen «hacer cantera», sino que se desprenden de unos alumnos y eligen otros. Las prácticas se convierten muchas veces, en sustituciones o en trabajos de profesionales consumados… Es una pena, porque, al final, todo esto lo paga al final la sociedad entera.