El profesor de Ilustración
Ciclo formativo de grado superior en Ilustración
Formación realizada:
"Siempre he dibujado, desde que fui capaz de coger un lápiz. Mi formación artística la obtuve en un curso profesional de ilustración tradicional, en la entonces conocida como Escuela Superior de Dibujo Profesional. Aunque, verdaderamente, el grueso de mi formación, tanto en técnicas como, sobre todo, en software, ha sido eminentemente autodidacta."
Asignaturas que ha impartido: • Diseño gráfico.• Dibujo del natural. • Técnicas de ilustración tradicional. • Técnicas de ilustración digital con distintos tipos de software • Dibujo y creación de personajes. Mi labor docente siempre ha sido en academias privadas, en cursos profesionales sin titulación homologada. |
En mi modesta opinión, la profesión de ilustrador debe ser vocacional. Nadie debería dedicarse a estudiar ningún tipo de disciplina artística, sea cual sea, si no está verdaderamente enamorado de la profesión. Creo que es necesaria una gran dosis de autodisciplina, humildad, no creer nunca que has llegado al tope, siempre se puede aprender más y mejorar, y un cierto espíritu de sacrificio. No se llega a ser un gran profesional si uno no dedica tiempo. Es algo que no difiere mucho de cualquier otra profesión.
Pues no más ni menos que cualquier otro tipo de estudios. Sólo que, en mi opinión, es mucho más divertido. Por ejemplo, yo prefería pasarme horas dibujando o pintando antes que estudiarme un libro de 800 páginas de leyes. Además, es un tiempo muy agradecido, porque uno mismo nota que, cuantas más horas le dedica, mejores resultados se obtienen. Lo que se debe tener claro desde el principio es que, en esta profesión, todo (o casi todo) depende de uno mismo. Nadie regala nada. Tienes que ser bueno. Y serás mejor cuanto más tiempo le dediques.
Normalmente un ilustrador trabaja como freelance, es decir, como profesional autónomo. Así, nos encontramos con que, además de los conocimientos propios de nuestra profesión, necesitamos ser nuestros propios representantes. No vienen mal algunas nociones de comunicación (cómo entrevistarse, en qué se fijan los entrevistadores, comunicación no verbal, presentación de porfolio, etc.). De hecho, opino que tan importante es tu trabajo como la manera de presentarlo y venderlo. No puede uno ir a buscar trabajo como ilustrador sin un porfolio o book con trabajos. |
Bueno, hay quien piensa que dibujar es algo con lo que se nace, y que con eso ya no es necesario nada más. Sin embargo, un ilustrador necesita mucho más que dibujar bien. Además, por lo general, la gente piensa que dibuja bien porque es el que mejor dibuja de sus amigos. Cuando llegan a la escuela de arte o a la academia, se dan cuenta de sus limitaciones. Dibujar bien implica un buen trazo, dominio de la anatomía, visión espacial y conocimientos de perspectiva. Eso sin entrar en la teoría del color y las técnicas, como la acuarela, el gouache, los acrílicos, los óleos, la pintura al pastel o las cada vez más demandadas técnicas digitales. Es imprescindible también dominar la teoría del color, la composición, crear sensaciones con el color, y un largo etcétera. Eso sin contar con otras materias que, si bien no son imprescindibles, son muy necesarias a escala cultural, como historia del arte, del diseño, etc. Por otro lado, también hay quien piensa que el ilustrador se puede "hacer". Bueno, cualquiera puede aprender a escribir, pero no todos pueden redactar El Quijote.
Como aspecto positivo, estos estudios aportan unos conocimientos básicos e imprescindibles para comenzar en la profesión. Y digo básicos porque, como comenté antes, estos estudios son sólo el principio.
Lo negativo puede ser que el alumno o la alumna no se tome en serio lo que está haciendo, o que haya profesores que pretendan imponer estilos concretos coartando la libertad del alumnado, o no sepan transmitir sus conocimientos de manera adecuada. No conozco muchos casos, pero haberlos, "haylos".
No es un mercado fácil. La vida laboral de freelance tiene implícita una cierta dosis de inseguridad. No siempre se tienen encargos y, en otras ocasiones, se acumula tanto trabajo que implica noches en vela para poder cumplir los plazos de entrega. A eso se une la existencia de ciertos clientes que se empeñan en negarnos algunos derechos, como los derechos de autor. Afortunadamente, existen asociaciones de profesionales, como la Asociación Profesional de Ilustradores de Madrid (APIM) o la Federación de Asociaciones de Ilustradores Profesionales (FADIP), que hacen una gran labor, especialmente informativa, ya que es imprescindible conocer nuestros derechos para poder exigirlos. |
Que esté muy seguro de qué quiere hacer. Y, una vez emprendido el camino, que no lo abandone. Hay mucha gente que se queda en la etapa de los estudios; otros, en la preparación de su porfolio y, otros, cuando empiezan a moverse en el mundo laboral y no sale trabajo. Os aconsejo que aguantéis ese primer tirón, porque, una vez superado, estaréis inmersos en una de las profesiones más apasionantes y gratificantes que existen.