Isabel Benítez

Isabel Benítez, ganadora en España del Premio Europeo para Jóvenes Periodistas 2009

Isabel Benítez
"Creo que los medios cumplen una función social vital y eso es lo que hace inquietante, y a la vez apasionante, esta profesión."
Isabel Benítez tiene 25 años y es de Zafra (Badajoz), aunque vive y trabaja en Sevilla como periodista. El año pasado fue la ganadora en España del Premio Europeo para Jóvenes Periodistas 2009.

¿En qué consiste tu trabajo?
Trabajo en una emisora de radio regional, la Asociación de Emisoras Municipales de Andalucía, EMARTV. Realizo labores de producción, redacción y locución dentro de nuestros informativos. En general, solemos o intentamos cooperar y hacer de todo. Mi parte propia, por decirlo así, es una sección de turismo alternativo y patrimonio dentro del informativo matinal y un programa juvenil diario.

¿Siempre quisiste dedicarte al Periodismo?
Eso creo. Lo que no sé es por qué. También me gusta mucho la historia y me costó trabajo decidirme. Al final, me conquistó este mundillo, sobre todo porque me atraía la idea de sentirme “obligada” a estar al día y formar parte de la actualidad, de un modo u otro. Me encanta saber que somos mis compañeros y yo quienes mantenemos informadas a las personas que nos escuchan, que construimos la actualidad en función de lo que contamos u omitimos, y que estamos obligados a traducir, explicar y profundizar en esa realidad para hacerla asequible a cualquier oyente, en este caso. Creo que los medios cumplen una función social vital y eso es lo que hace inquietante, y a la vez apasionante, esta profesión.

¿Cómo ves el mundo del periodismo?
Precisamente ahora, complicado, pero no por la crisis, que es una excusa recurrente… Supongo que nunca ha sido una profesión sencilla, al menos eso es lo que dice la historia. Desde sus orígenes, el periodismo ha sido condenado y deseado por su “poder” para construir la realidad y decidir qué se sabe y qué no se sabe. Y, a pesar de esas ventajas y dificultades, se ha mantenido en pie.

Ahora, sin embargo, a las limitaciones propias de la profesión se unen, más que nunca, la venta de un producto que ha ser “rentable” y la sostenibilidad de la empresa, con los riesgos que esto conlleva. Aprovechando la falta de organización de los profesionales (que, como en otros campos, no protestan por la alta competencia), las condiciones laborales empeoran y, en consecuencia, la calidad de los mensajes que transmitimos. La falta de personal, el tiempo limitado y la sobreinformación impiden contrastar las noticias o explicar las cuestiones más complejas, con lo que la función social se va al traste. Eso sí… no todo es malo, por supuesto. También hay grandes programas y publicaciones que espero sobrevivan mucho tiempo y se impongan a las desechables.

El año pasado ganaste el Premio Europeo para Jóvenes Periodistas 2009 España. ¿Cómo te metiste en esa aventura?
Casi no lo recuerdo… He intentado responder a esa misma pregunta varias veces, pero no encuentro respuesta. En cualquier caso, fue una aventura de la que tuvo buena culpa un compañero del que aprendo muchísimo cada día. Alejandro fue el encargado de decir: “venga, vamos a hacerlo”, y gracias a él, salió adelante. Sin él no habría sido posible. Por suerte o por desgracia, en periodismo hay pocos logros individuales (por muy todo-terrenos que nos supongan). El trabajo se hace en equipo. Un programa de radio es imposible si no hay un compañero que abre el micro o aporta ese punto de vista que no habías contemplado. Lo mismo ocurre en la prensa o la televisión.

¿Qué ganaste? ¿Y qué te ha reportado como persona?
He ganado una experiencia inolvidable. Primero, el placer de hacer un trabajo como ese, con tanta ilusión y en tan buena compañía. Es de lo que más he aprendido y con lo que más he disfrutado. Y, después, un viaje de 5 días a Berlín con el resto de los premiados, con jóvenes periodistas de 30 países, los 27 estados comunitarios y otros 3 candidatos a entrar en la Unión Europea. Me quedo con muy buenos momentos y anécdotas, y eso no tiene precio.



 



¿Qué destacarías de tu profesión?
Que es vital. La gente necesita estar informada, saber lo que sucede a su alrededor y entenderlo.

Alguien a quien admires en el ámbito del periodismo.
Leo y escucho a diario reportajes y entrevistas que merecen mi admiración, pero no soy buena con los nombres… No obstante, me viene a la cabeza Arturo Pérez-Reverte. Ha hecho todo lo que a mí me gustaría tener valor para hacer como periodista.

Una anécdota.
La crónica política más importante que he hecho hasta ahora (por el tema que trataba) leída bajo el Puente de Triana en plena Semana Santa y con un calor horrible. Confié en la bicicleta para llegar a la redacción a tiempo pero me traicionaron las procesiones. Y, ya se sabe, la Ley de Murphy: la batería del teléfono móvil estaba a punto de agotarse, las cornetas estaban cada vez más cerca, un coche tocó la bocina, un grupo de ciclistas pasó en el momento más inoportuno… Acabé agachada, leyendo de un papel que casi se vuela y vigilando de reojo la mochila con el equipo. La gente que pasaba me miraba con una cara...

Un libro de cabecera para tu profesión.
Mentiras. Viaje de un periodista a la desinformación, de Xavier Mas de Xaxas..

Un consejo a un joven que sueñe con dedicarse al mundo del periodismo.
Que estudie y se forme. Necesitamos una generación de periodistas críticos, que sepan de qué están hablando, no meros voceros. La carrera “sí” sirve. Eso de “aprueba y ya aprenderás cuando empieces a trabajar” es absurdo. Es mejor “ir aprendiendo” para ser menos influenciable. Si no nos valoramos nosotros, no nos va a valorar nadie. Al fin y al cabo, cualquiera no debería poder ser periodista. Igual que un médico estudia para detectar una enfermedad, nuestra función social no puede quedar en manos del primero que pase por la puerta de un periódico.


¿Cómo es el día a día de una persona tan activa como tú?
Ajetreado, aunque no tanto como me gustaría. Entro a trabajar temprano y la radio me ocupa todo el día. Así que cuando salgo de allí tengo que aprovechar al máximo para hacer un poco de deporte, buscar información sobre algún tema que hay que ampliar para el día siguiente, escribir para una revista mensual con la que colaboro o estudiar (ya se sabe, hay que seguir formándose). Pero los días tienen 24 horas y el cuerpo, un límite. Hay que repartir tareas y tener tiempo para estar con las personas que quieres. ¡Necesito días de 28 horas!

¿Qué cambiarías de tu trayectoria académica o laboral?
No cambiaría nada, porque creo que he tomado las decisiones correctas. He podido dedicarme a estudiar y, por suerte, he tenido mucho apoyo de mi familia. He disfrutado plenamente de mis estudios, del aprendizaje. Lo único que cambiaría, quizás, sería haberme movido un poco más fuera del ámbito estricto de los libros: haber aprovechado más oportunidades como los cursos, los seminarios o las puertas que abre la Universidad.

¿Qué ha influido más en tu éxito profesional, la suerte o el esfuerzo?
La suerte de ver recompensado el esfuerzo. Es un cúmulo, una suma de todo. Hay gente que trabaja y tarda más en ver la recompensa, aunque estoy segura y confío en que quien trabaja acaba recibiendo lo que merece. Quiero decir que el esfuerzo nunca es en balde. Quizás lo que sucede es que somos demasiado exigentes. La recompensa no tiene por qué venir en forma de premio o diploma. Estudies lo que estudies, trabajes en lo que trabajes, hay veces que la mejor recompensa viene de una sonrisa o un aplauso sincero de quien menos te lo esperas. Tal vez tenemos que valorar más los pequeños detalles.