Edgar Vinyals
Fundador de Särau
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Saräu está formado por un grupo de personas, socios, socias, voluntarios y voluntarias que apoyamos y trabajamos juntos en varios proyectos de la asociación para hacer posibles momentos de diversión, de fiesta y de distensión.
Con este objetivo programamos diferentes actividades de ocio los fines de semana para todas aquellas personas que tengan ganas de disfrutar del ambiente que se genera cuando un grupo de gente se encuentra para divertirse al máximo haciendo aquello que les gusta. Para que participe cualquier persona, tenemos en cuenta las necesidades de accesibilidad y de apoyo personal para personas con discapacidad.
Nuestra ilusión es posibilitar que en estos encuentros haya diversidad y se valoren las diferencias, es decir que los grupos que compartan experiencias agradables estén constituidos por personas de todos los colores, formas y funcionalidades sin que esto tenga importancia.
No queremos generar espacios de ocio segregadores o artificiales para personas con discapacidad o problemas de salud mental; queremos espacios de convivencia comunitaria, puntos de encuentro entre realidades diferentes. Esto se consigue invitando a gente de varias edades o con discapacidades diferentes, personas de diferentes lugares de Catalunya o con problemas de salud mental. En definitiva, gente guapa con ganas de divertirse.
¿Cómo se te ocurrió fundar esta asociación?
Cuando trabajaba en residencias y centros de educación especial me sorprendió que las personas con discapacidad y con problemas de salud mental tuvieran menos momentos y opciones para disfrutar de su tiempo libre con aquello que les apetecía.
Tampoco me gustaba que muchas personas que estaban en instituciones y servicios (residencias, talleres ocupacionales, centros de día, centros especiales de trabajo, etc.) tuvieran pocas posibilidades de conocer gente nueva, de hacer nuevas amistades, de charlar o, al menos, de ver alguna cara nueva.
Una canción que te guste. Un libro que consideres interesante para cualquier chico y chica que, como tú, quiere hacer cosas para los demás. Una anécdota que haya ocurrido en Saräu. ¿Qué les dirías a las personas que sienten extrañeza o temen aquello que ellos ven como diferente? ¿Qué opinas de las etiquetas? ¿Recomendarías a los jóvenes que formen parte de iniciativas como la que fundaste tú? Un consejo a una persona joven que no sabe por dónde tirar. |
Además, mi experiencia personal como persona diagnosticada con un trastorno bipolar, junto con el hecho de haber pasado por hospitales, centros de día y centros de salud mental, ha sido determinante en la definición de la visión, los valores y los principios de la entidad.
Estas experiencias en primera persona generan una sensibilidad y una empatía especiales, así como una fuerte conciencia de necesidad de cambio urgente: la exclusión y el aislamiento, el paternalismo y el asistencialismo, los prejuicios, el estigma y la medicalización del patrimonio humano son aspectos que queremos reducir y que intentamos transformar desde los programas de formación y sensibilización de Saräu.
Explícanos vuestras actividades...
En todas las actividades ofrecemos a los asistentes libertad, un acompañamiento respetuoso con las decisiones individuales, espacios flexibles donde pueda fluir la creatividad, derecho a decidir qué hacen en su tiempo libre. En Saräu, todos estos aspectos reciben el nombre de autodetergestionomía.
¿Con qué obstáculos te has encontrado o te encuentras ahora?
Con la asistencia a las actividades, que no tiene ninguna etiqueta diagnóstica. Para que este proyecto avance, necesitamos mucha más colaboración de la sociedad civil. En general, los ciudadanos y las ciudadanas creen en la inclusión y el valor de la diversidad, pero desgraciadamente no hay tanta gente que dé el paso y se acerque a las actividades para posibilitar que los espacios de ocio que propone Saräu sean más inclusivos, más diversos, más auténticos.
También es difícil hallar espacios accesibles para personas que van en silla de ruedas. La accesibilidad en el sector del ocio, la hotelería y el turismo es altamente deficitaria.
Y en el ámbito interno, al igual que la gran mayoría de las asociaciones que conozco, tenemos dificultades para encontrar socios que nos apoyen, empresarios que colaboren con nosotros o voluntarios y voluntarias que se impliquen en los proyectos y las actividades.
¿Qué acogida tiene la asociación por parte de las personas a las que va dirigida?
¡Genial! ¡Llegan contentas y se marchan felices! Cada vez asiste más gente, ya trabajamos con más de 85 asociaciones de toda Catalunya. En las sesiones de discoteca reunimos a más de 160 personas; en las de karaoke, a unas 100; los viajes son de grupos entre 10 y 20 personas...
¿Y por parte de la sociedad en general?
A la gran mayoría de los ciudadanos les gusta la iniciativa y la aplauden. Los que vienen a las actividades se sorprenden de la facilidad con que todo fluye de forma tan natural y que se diviertan tanto. Se viven momentos muy enriquecedores y agradables...
Tu trabajo ha sido reconocido por la Fundación Príncipe de Girona, que te ha otorgado el Premio Impulsa Social. ¿Qué supone un reconocimiento como este?
Personalmente es muy gratificante ver que el proyecto que imaginé no solo se hace realidad, sino que cada vez anima a más gente. Naturalmente, el premio también ha supuesto una inflamación del ego importante.
Para Saräu se trata de una oportunidad magnífica para tener más opciones y sacar adelante los proyectos, para dar a conocer lo que hacemos y encontrar personas y empresas que quieran colaborar y corresponsabilizarse.