¿Qué destacarías de tu labor allí? Destacaría la gran capacidad de los vecinos de las comunidades y su fuerza para poner en marcha proyectos para la mejora de su calidad de vida. Más allá de la burocracia de la que vive Naciones Unidas, están las personas de a pie, tanto de ciudades como de zonas rurales, que se benefician de estos programas de cooperación al desarrollo y que se convierten en los verdaderos protagonistas del cambio. Quedé sorprendido por su acogida y sus ganas de luchar por un presente y futuro más humanos, más justos. ¿Cómo conseguiste acceder a este programa de voluntariado? A través del Programa Español de Voluntariado Universitario de Naciones Unidas en el marco de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, que lidera la Universidad Autónoma de Madrid, la cual coordina toda una red de universidades, entre ellas la UPO, que promocionan la participación de sus estudiantes postulando a los puestos ofertados cada año. Me encontraba terminando mis estudios en Francia, con el programa Erasmus, y pensé que podría invertir el tiempo del viaje de fin de curso en una experiencia como esta, donde pudiera aprender tanto y aportar el pequeño granito de arena que todos tenemos por ahí guardado en algún bolsillo. Viviendo esta experiencia tan enriquecedora, ¿cómo crees que está cambiado tu vida? Durante mis años de estudio he aprovechado todas las oportunidades con las que me he topado y que me ofrecían conocer otras realidades distintas a mi vida cotidiana. Sin embargo, vivir, sobre todo vivir, en un país en vías de desarrollo, donde los cambios en tu entorno se ven de un día para otro, es sencillamente fascinante. Nuestro mundo europeo me parece como en letargo en comparación con lo que sucede en estos países, en plena ebullición, construyendo un futuro en el que pueden evitarse los errores que hemos cometido en nuestro “primer mundo”. ¿Qué planes de futuro tienes? Una nueva aventura. He sido seleccionado como becario del Programa de Becas Talentia de la Junta de Andalucía. Seguiré formándome en el extranjero con apoyo de este programa. Por lo que por ahora aparco el trabajo en cooperación exterior al desarrollo, pero queda mucho por hacer en nuestras comunidades, mucho. Después de esta experiencia seguiré sumando mis esfuerzos a iniciativas solidarias, sea donde sea que me encuentre. Porque en cualquier lugar hace falta nuestro apoyo, porque cada uno de nosotros somos únicos y podemos aportar algo especial a nuestro entorno. Se dice que los jóvenes somos pocos solidarios... ¿qué piensas al respecto? Pienso que no es necesario encasillar a ningún grupo de personas, bajo ninguna circunstancia. Son imágenes que se crean, nada más. Con esto sólo cerramos y nos cerramos la posibilidad de acceder a un abanico de oportunidades que está a nuestro alcance. Trabajar en beneficio de las comunidades es una más de estas oportunidades, al alcance en tanto en cuanto soñemos y trabajemos por ello.
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